lunes, 27 de junio de 2016

Re-pensarse

¿Alguna vez sintieron un intenso deseo o necesidad de documentar sus pensamientos? Aquellas reflexiones que surgen de momento, al observar fijamente el suelo o al admirar la inmensidad del cielo. Pues, aquellas preciosas ideas y cuestionamientos de la vida, el mundo, la existencia, ideas creativas y particulares, difícilmente pueden ser repetibles; son inspiraciones de instantes específicos y únicos. Es por eso el deseo de materializar los recuerdos, de hacer perdurar la memoria, y hacer perennes las experiencias y las vivencias individuales y colectivas, es por eso el gran sentir, sobrecargado de ansiedad y proyección, de almacenar la munición de incomparables recuerdos contenidos de aprendizajes y lecciones constantes, de perseverar y hacer que permanezcan intactos y vívidos, en una bóveda, un lugar hermético bajo candado, más allá de la mente y lo maravilloso de sus procesos biológicos de captura y almacenamiento de todo lo vivido, desde un mínimo de tiempo que supera el presente y se convierte en pasado, para que devenga en algo siempre recordado. Más allá de todo ello, materializar el pensamiento y las ideas por medio de un canal y herramienta, una línea de fuga que nos abstrae hacia la imaginación y la invención infinita: la escritura, aquello que me devolvió la vida y me reencarnó en un ser distinto, extraño, bizarro y ajeno a esta sociedad, para devenir en alguien que es consciente de que caminos y rastros seguir para encontrarse a sí misma. La escritura en un diario, o cualquier otro medio de publicación, porque considero que es tan fructífero en la suerte de coincidencia de la que es posible, una suerte de coincidir en el compartir de las experiencias/vivencias, en el pensar-se y repensar-se, en lo que vamos descubriendo, en aquello que creíamos y que dejamos de creer, en el sentir, el pesar, la descomposición del cuerpo por un mundo carente de amor y afectos, constituido por penas y tristezas que permanentemente nos bombardean y atraviesan con intentos de debilitarnos, de rendirnos, de insertarnos en su sistema social de creencias normativas llenas de hipocresías y falsedades, el mundo entero y las sociedades se construyen y desarrollan en base a un entramado de miserias y suplicios, de imploraciones y clemencias; una realidad que pide a gritos una subversión de las condiciones. Pero el sesgo, la costumbre y el miedo, el miedo a arriesgar por una transformación del orden de las cosas, a luchar, a ser parte y re-apropiarnos de la gran responsabilidad que significa asumir las decisiones que direccionan nuestras propias vidas, sin intermediarios ni mandatarios, sin caudillos ni gobernantes; una existencia donde nuestras vidas nos pertenecen y no hay quien pueda apartarnos ni despojarnos de ella, porque es intrínsecamente y liberadoramente nuestra. Además, se preguntarán: ¿por qué el nombre?, ¿por qué una 'sobreviviente'? Pues se podría decir que todos somos, un tanto o bastante, sobrevivientes. En un mundo regido y organizado por gobiernos déspotas y bajo la hegemonía de sistemas opresivos que históricamente desde su existencia y permanentemente se encuentran capturando nuestras potencias, nuestras mentes, nuestros cuerpos, nuestras vidas y todo respecto a estas. Somos sobrevivientes en un mundo delegado por entidades de control donde estamos constantemente en peligro de ser desaparecidos, donde nos encontramos tan susceptibles y visibles cuando se trata de ser violentados o sometidos. Soy una sobreviviente en un mundo que languidece, un mundo que apremia con un sinfín de motivos para exiliarme del mundo y hasta de la existencia misma, soy sobreviviente de un mundo que intenta moldearnos hasta el cansancio y el hartazgo, muchas veces nos desplaza y arrincona hasta el suicidio (aunque pueda ser el suicidio una decisión y ejercicio total de nuestra autonomía para definir nuestros cursos y nuestras acciones) . Entonces, entendido esto, concluyo mencionando las últimas pautas sintetizadas acerca de los objetivos e intenciones de este impulso comunicacional de desfogamiento: 1. Ante todo esta es una intención de compartir y proliferar el intercambio de las experiencias, de manifestar y desahogar todo gran sentimiento contenido y retenido en lo profundo de nuestros seres y almas; aquello que el corazón no es capaz de resistir por mucho y debe liberar para liberarse una misma. 2. Es también un gran intento de que la infinitud e inmortalidad de los recuerdos trasciendan la mente y que la memoria de aquellos se materialice más allá de nuestra bio-máquina de almacenamiento, más allá de toda frontera. 3. Pero sobre todo es la toma de una acción directa para tratar los sentires, de afectaciones alegres o pasiones tristes por las cuales el cuerpo se fortalece o perece, y para ello elijo la fuga, elijo tomar una válvula de escape, una línea de fuga que me permita exiliarme de los afectos tristes asignados coercitivamente por un mundo despotencializante de las fortalezas y resistencias que me atribuye la felicidad y la alegría con las que tanto soñamos y por las que continuamos luchando. Hoy solo quiero gritar lo maravillosa que es la emoción de sentirse inmensa y a la vez tan pequeña, porque así como penurias, también existen realidades de felicidad, existen las posibilidades alegres. Tal vez nos cueste cambiar el mundo de pronto, a veces se desea tan pronto como un abrir y cerrar de ojos, al cerrar los ojos, soñar y al abrirlos ver el mundo nuevo hecho realidad, pero no esperemos otra existencia si no luchamos por hacerlo material, por hacerlo parte, hacerlo nuestro. Las posibilidades del devenir, de la subversión y la radicalidad de una transformación llena de algo más que promesas, llena de acciones nuestras por construir o reconstruir todo por lo que arrastramos guerras y batallas, para poder continuar levantando la frente y decir que si es posible ser libre y no debemos esperar a un mesías o una fecha futura en el calendario para comenzar la revolución, nuestra revolución. Fue ayer, es hoy y mañana.